Una treintena de participantes mantiene viva la tradición de las goitiberas. Hasta compitió un padre contra una hija.
«Qué pasada», gritaban unos jóvenes cuando uno de los competidores del goitibera bajaba a toda velocidad por la cuesta de Zabalbide. Con la vuelta de Marijaia también ha regresado una de las competiciones que más público recoge y que más emoción causa. Las goitiberas, ese instrumento, desde hace más de un siglo, hecho tradicionalmente con palos y rodamientos continúa siendo uno de los atractivos mañaneros de Aste Nagusia. Jesús Bilbao, un vecino de la localidad comenta que viene todos los años «para mantener la tradición», aunque, agrega: «Las goitiberas antiguas se ven poco, demasiado modernas». Se han dejado ver desde vehículos clásicos hasta Karts reconvertidos, que han dejado con la boca abierta a más de uno. Este campeonato organizado por Bilboko Konpartsak ha recogido a 33 inscritos, algo menos que la que se organizó el año pasado con 55 participantes.
Iker Etxebarría, es un veterano de las goitiberas, lleva participando consecutivamente desde el año 91. En su vehículo tiene escritas todas las veces que ha competido y la posición que ha alcanzado. «Es una tradición para mí que encima compito con la clásica». Udane, su hija de 13 años, se estrena por primera vez. «Al principio estás nerviosa, luego miedo y al final me pico con mi padre por no haberle ganado», comenta sonriente. Javier Palencia es otro de los conocidos de este encuentro, lleva más de 30 años con la goitibera, es un evento importante para él porque «cuando era pequeño venía con su aitite a ver las bajadas».
Este evento no sólo reúne a los vecinos de Bilbao, Julen González acude desde Gipuzkoa con toda su familia para participar. En 2015 se estrenó por primera vez y esta ya es la quinta vez que participa. «Siempre me ha gustado verlo, pero lo importante es pasar un buen rato con la familia y amigos», explica acompañado de su mujer y sus dos hijos.
Un público expectante
Hacia las 11.00 horas, la calle Zabalbide desde el cruce con la calle Fika, hasta el Mercado de la Ribera se encontraba con un público expectante. La gente que se acercó quería ver la velocidad que podían llegar a coger con esos cuatro palos. Había incluso quienes no habían visto un goitibera desde hace 50 años. Enrique Calzada tiene 98 años y recuerda su infancia cuando se juntaba con sus cinco amigos para competir entre ellos sobre este vehículo. «Antes no se organizaban competiciones, pero nos lo pasábamos muy bien entre nosotros», recordaba nostálgico.
Aunque la finalidad de los participantes era pasárselo bien, la victoria se la ha llevado Félix Delgado, un veterano de la competición, aunque sólo ha participado cuatro años en Bilbao. «Es la segunda vez que gano aquí, la primera vez fue en 2018», recuerda. No ha participado sólo, ha tenido a sus dos hijos, Aaron y Félix Jr., como rivales que han quedado en segunda y cuarta posición respectivamente. «Es una excusa para pasar tiempo en familia y además cuando los chavales están aquí no andan haciendo otras cosas», comenta entre risas.